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domingo, 19 de septiembre de 2010

Por qué leer los clásicos


Motivo de celebración continua, los clásicos son para Italo Calvino libros «que nunca terminan de decir lo que tienen que decir», textos que «cuanto más crees conocerlos de oídas, más nuevos, inesperados e inéditos te parecen cuando los lees». Y ese es el convencimiento que anima a Calvino a comentar los «suyos», según su criterio de que el clásico de cada uno «es aquel que no puede serte indiferente y que te sirve para definirte a ti mismo .en relación y tal vez en contraste con él». Así, mezclados en el tiempo y en la historia de la literatura universal, el lector descubre las lecturas calvinianas de La Odisea, Orlando furioso, Cyrano de Bergerac, Las Metamorfosis (las de Ovidio y la de Kafka), Cándido o Doctor Zhivago, libros con los que se codean otros escritores tan queridos por el autor como Gadda y Borges, u otros por los que manifiesta su simpatía cómplice como Ponge y Queneau. El resultado de todo ello es una obra típicamente calviniana que, estamos seguros, se convertirá a su vez en un clásico para más de uno.

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